martes, 30 de diciembre de 2008

REFLEXÍON SOBRE INMIGRACIÓN

En la sociedad actual existen dos tipos de inmigración. La inmigración intraestatal y la transnacional. Como podemos comprobar en nuestro día a día, cada vez hay más personas originarias de otros países que vienen al nuestro con la intención de buscar trabajo y quedarse en él. Lo que buscan la mayor parte de ellos es la inserción económica, para posteriormente poder insertarse en la realidad sociocultural del país al que se trasladan. El tener que inmigrar, supone un ruptura con el país de origen ya que el corazón y el sentimiento se encuentran allí entre su gente. Debido a esa ruptura interna y el rechazo que reciben en el país receptor, les hacen replantearse su situación. En el país de origen los sujetos dejan atrás una sociedad tradicional, rural… Pero nada más llegar al estado receptor perciben que su realidad ahí no puede ser igual, puesto que han llegado a una urbe con tiempo lineal. Ante esa nueva situación, tienden a distribuirse en guetos. En ellos, además de sentirse cómodos, construyen un mecanismo de defensa cultural que les permite celebrar las fiestas como una manifestación de su identidad, a la vez que construyen cauces de integración. Las fiestas citadas con anterioridad, se denominan pluriculturales ya que son recomposiciones festivas que celebran en sus países de acogida en las que tiene cabida cualquier persona que desee acudir. También existen otro tipo de fiestas denominadas pendulares, que son aquellas a las que van las personas inmigrantes que se encuentran cercanas a su país.
A pesar de las facilidades que nos brindan para que conozcamos su cultura les seguimos rechazando. Sin acordarnos que nosotros hasta hace bien poco inmigrábamos a Argentina, a Alemania… y emigrábamos dentro de nuestro propio estado.
No debemos olvidar que Galicia es una comunidad autónoma que lleva soportando la migración desde el S.XV. Actualmente sigue siendo un país de emigrantes, lo que tiene mucha importancia desde el punto de vista económico y cultural para los gallegos. Los tres símbolos de su nación (la bandera, la academia de la lengua y el himno), nacieron en la habana (Cuba) lejos de sus costas.
Los gallegos que emigraron por España, lo hicieron en tres oleadas. La primera de ellas, fue en la que vinieron a trabajar a Euskal Herria en la etapa de la industrialización. La segunda, fue de gallegos procedentes de la costa, que se asentaron en Pasajes. La tercera, se produce en la segunda industrialización del País Vasco y se ubicaron en la zona minera y en altos hornos.
Después de la guerra civil, los emigrantes tenían una cultura diferenciada, rural, con un nacionalismo sociológico no político, bajo nivel cultural, con poca conciencia política. Poco apoco todos ellos fueron integrándose en la sociedad vasca mediante la adaptación.
En la actualidad mucha de la inmigración que existe en nuestras fronteras es irregular, y a medida que van llegando más inmigrantes se va segregando la sociedad. Hoy en día se vincula la inmigración con la pobreza, la delincuencia y la exclusión social. La inmigración transforma las estructuras de grandes y pequeñas ciudades, y donde antes residían las clases obreras ahora son zonas pobladas por sujetos de otros países. En estas pequeñas urbes, se generan problemas de convivencia y segregación social, cultural y espacial. Muchos de los obreros estatales que viven en ellas, rechazan a los inmigrantes ya que piensan que estos les van a quitar sus puestos de trabajo. Lo que genera situaciones de racismo y de rechazo.

Ante esas situaciones, sería conveniente iniciar fiestas comunes en las que cualquier persona del país receptor pueda acudir a ellas, con el objetivo de establecer relaciones igualitarias que se basen en el poder de los argumentos y no en medidas exclusoras.
Qué forma más bonita hay de unirnos y compartir, ¿Qué celebrando?
Debemos de pensar que las personas que recibimos en nuestros países, no llegan aquí por gusto. Sino que llegan con la intención de labrarse un futuro mejor y con la intención de sacar a sus familias de la pobreza en la que viven: ¿Tenemos derecho a tratarles cómo seres inferiores? Desde luego que no, son seres humanos como nosotros y debemos de acogerles como nos gustaría que nos acogieran ellos en sus países de origen, si nos encontráramos en su misma situación.
Debemos de sobrepasar los muros de la raza, de la cultura y del color de la piel. Son seres humanos, que necesitan de nuestro apoyo, puesto que no han tenido la oportunidad de tener una vida tan acomodada como la nuestra. Debemos de facilitarles un adaptación más integradora en la se mantengan sus culturas y las nuestras pero teniendo siempre un relación horizontal y solidaria.
¿Qué nos pasaría a nosotros si de tenerlo todo pasáramos a no tener nada? ¿Nos gustaría que nos rechazaran?

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